cabra salvajeLa cabra salvaje es una especie exclusiva de la Península Ibérica, distribuida sobre todo a lo largo de las sierras mediterráneas. En la Comunidad Valenciana se distribuye por las montañas interiores de Castellón y Valencia, estando presente la subespecie . Es una especie muy antigua, y prueba de ello son las numerosas apariciones en pinturas rupestres, como en las de la Cova dels Rossegadors.

Es uno de los mamíferos salvajes más grandes y con un marcado dimorfismo sexual: los machos pueden pesar 120 Kg. y superar los 90 cm. de altura. Las hembras en cambio son siempre más pequeñas, no suelen pesar más de 50 Kg. y tienen los cuernos mucho menos desarrollados que los machos. Los machos adultos también tienen el pelaje más oscuro, la cara más alargada y la típica barba oscura en la mandíbula inferior. Aunque las cabras pueden sobrevivir los 20 años de edad, su vida media es de unos 15 años.

Gracias a las adaptaciones de las pezuñas, se mueven con facilidad por cortados y relieves rocosos ya que les aportan una extraordinaria adherencia a la roca y les permite escalar paredes prácticamente verticales. En verano frecuentan zonas más boscosas y las más próximas a puntos de agua, como el Embalse de Ulldecona.

El celo se presenta entre octubre y diciembre, y durante este periodo empiezan las violentas luchas entre los machos de mayor edad, estableciendo jerarquías de dominio. Las hembras, después de un tiempo de gestación de 165 a 170 días, dan a luz una cría (ocasionalmente dos). El parto se produce entre los meses de abril y junio, durante estos días las hembras se aíslan del resto del grupo para poder parir tranquilas en un lugar escondido. Después de la lactancia, que suele durar más de 3 meses, madre y cría mantienen el contacto. A los dos años los machos jóvenes suelen abandonar el grupo de hembras y se incorporan a rebaños de machos, las hembras se mantienen en el grupo.

El 1966 se creó la Reserva Nacional de Caza de los Puertos de Tortosa y Besseit que realiza acciones de conservación y de ordenación cinegética, en estos montes de Aragón, Cataluña y Valencia (28.587 ha). La cacería de la cabra salvaje en toda la comunidad se redujo exclusivamente a estos enclaves hasta mediados de de los 80. A partir de 1990 empiezan a declararse cotos de caza mayor, sobre todo en Castellón, que han permitido aumentar el aprovechamiento cinegético ordenado y la expansión de la especie. La población está en clara expansión pasando de unos cuantos centenares de individuos en la década de los 60 hasta lograr hacia los años 90 una población estimada de 4.000 ejemplares en la provincia de Castelló.

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