Como es habitual en estas fechas, el invierno llega a la Tinença y la nieve cubre estos hermosos paisajes. Algunos senderos apenas se reconocen después de una gran nevada y los caminos parecen aun más inmaculados, como si nunca antes nadie hubiera pasado por allí.
La nieve no suele quedarse durante muchos días, por lo que si os gusta disfrutar de esta fugaz belleza, hay que aprovechar a realizar una visita.
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